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CUADERNO DE TLALOC. Retazos filosóficos de los siglos XIX, XX y XXI.

La lengua según Saussure

1.- La lengua, su definición

    El fenómeno lingüístico presenta perpetuamente dos caras que se corresponden sin que una valga más que la otra.

Tenemos los siguientes hechos:

    A) Las sílabas que se articulan son impresiones acústicas percibidas por el oído, pero los oídos no servirían de nada sin  el aparato fonador. Así, una n no existe más que por correspondencia de estos dos aspectos.

    B) Admitamos el sonido como algo simple. ¿Es el sonido quien produce el lenguaje? No, no es más que el instrumento del pensamiento y no existe por sí mismo. Aquí surge una formidable correspondencia: el sonido (unidad compleja acústico-vocal) forma a su vez con la idea una unidad compleja fisiológica y mental.

    C) El lenguaje tiene un lado individual y un lado social, indisociables y complementarios.

    D) En cada instante el lenguaje implica un sistema establecido y una evolución. Forman un sistema tan estrecho como difícil de separar.

    Siendo así, el objeto de la lingüística no puede fijarse sin tener en cuenta estas dualidades. Diremos que el objeto de la lingüística es la lengua, y que ésta es parte esencial pero no única del lenguaje. Es a la vez un producto social de la facultad del lenguaje y un conjutno de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esa facultad en los individuos. El lenguaje es multiforme y heteróclito, a caballo siempre entre diferentes dominios, a la vez fisiológico, físico y psíquico. La lengua por el contrario es una totalidad en sí, y un principio de clasificación. A primera vista el ejercicio del lenguaje es una facultad dada por la naturaleza mientras que la lengua es algo adquirido y convencional; y por lo tanto lenguaje precede a lengua y ésta se subordina a aquél  en lugar de anteponérsele. Sin embargo no es menos cierto que es la lengua la que hace la unidad del lenguaje.

2.- El lugar de la lengua en los hechos el lenguaje

    Intenemos hallar en el conjunto del lenguaje la esfera que corresponde a la lengua. Para ello nos colocaremos en el acto individual que permite reconstruir el circuito de la palabra. Esto exige al menos dos individuos, A y B.
En el cerebro de A (por escoger uno de ellos) están los hechos de su conciencia que llamaremos conceptos. Se hallan psíquicamente asociados a representaciones de los signos lingüísticos o imágenes acústicas (que no hay que confundir con los sonidos mismos) que les sirven de expresión. Supongamos que mediante un fenómeno enteramente psíquico un concepto desencadena  en el cerebro de A la imagen acústica correspondiente. De esto se sigue un fenómeno enteramente fisiológico: el cerebro transmite a los órganos de fonación un impulso correlatvo a la imagen y posteriormente las ondas sonoras se transmiten de la boca de A al oído de B mediante un proceso enteramente físico. A continuación se sigue un proceso enteramente inverso de B hacia A. Lo que hemos identificado es el habla como uso individual de la lengua. Para comprender bien el papel de todo este esquema, debemos salirnos del acto individual, que no es más que el embrión del lenguaje y encarar el hecho social.

    Todos los individuos de la comunidad de hablantes reproducirán aproximadamente de la misma forma los mismos signos ligados a los mismos conceptos. ¿Porqué? Por mera inteligilibilidad. ¿Cuál es el origen de esta cristalización social? Lo que hace que se formen en los sujetos hablantes acuñaciones que llegan a ser sensiblemente idénticas en todos ellos es el funcionamiento de las facultades receptiva y coordinativa. La lengua no reside perfectamente más que en la propia masa de hablantes, es la suma de las imágenes verbales almacenadas en todos los individuos de la misma comunidad de hablantes.

    Al separar lengua de habla efectuamos dos separaciones:

        A) lo que es social de lo que es individual

        B) Lo que es esencial de lo accesorio y más o menos accidental.


    La lengua no es función del sujeto hablante; no supone premeditación o reflexión; es una propiedad de la comunidad. El habla por el contrario es un acto individual de voluntad e inteligencia en el que conviene distinguir:
   
        A) Las combinaciones por las que el sujeto hablante utiliza el código de la lengua común con miras a expresar un pensamiento personal.
        B) El mecanismo psicofísico que le permite tal proeza.

    Recapitulando los caracteres de la lengua:

    1.- Es un objeto bien definido en el conjunto heteróclito de los hechos del lenguaje. Es la parte social del lenguaje exterior al individuo, que por sí solo no puede ni crearla ni modificarla; no existe sino en virtud de un contrato establecido entre los miembros de la comunidad.

    2.- La lengua, distinta del habla, es un objeto que se puede estudiar separadamente. La ciencia de la lengua  no sólo puede prescindir de los otros elementos del lenguaje; sino que sólo es posible cuando estos otros elementos no se inmiscuyen.

    3.- Mientras que el lenguaje es heterogéneo la lengua es homogénea: es un sistema de signos en el que sólo es esencial la unión del sentido y de la imagen acústica, y donde las dos partes del signo son igualmente psíquicas.

    4.- La lengua se hace abstracción de complejidades infinitas en la forma de producir la fonación, o de percibirla de otros. Sólo importan las imágenes acústicas que se peuden separar en un reducido número de fonemas susceptibles de ser evocados mediante grafías escritas, y sus correspondientes imágenes  visuales o mentales.


3.- El lugar de la lengua en los hechos humanos. La semiología.

    La lengua, así deslindada entre el conjunto de hechos del lenguaje, es clasificable entre los hechos humanos, mientras que el lenguaje no lo es. La lengua es un sistema de signos que expresa ideas. Se puede concebir por tanto una ciencia de la vida de los signos en el seno de la vida social. La llamaremos semiología, y nos ayudará a entender en qué consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan.

Fuente: Curso de Lingüística general. Ferdinand de Saussure

 

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